Una agenda de gestión del espectro radioeléctrico para después de la emergencia

Asociación Argentina del Derecho de las Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y las Comunicaciones

Una agenda de gestión del espectro radioeléctrico para después de la emergencia

Las medidas de aislamiento social han sido un catalizador del impulso de las redes, la conectividad y los servicios digitales. Teletrabajo, telemedicina, comercio electrónico, plataformas y aplicaciones, sostenidas por las redes de telecomunicaciones e internet, se han ubicado en el centro de la escena cotidiana, dejando en evidencia la importancia de las tecnologías y la economía digitales, tantas veces relativizadas e incluso menoscabadas.
Una vez superada esta difícil coyuntura y sus secuelas económicas, el ecosistema digital
debe focalizar sus energías en sostener dicho impulso, capitalizando el aprendizaje
político y social sobre la importancia de la conectividad, internet y los servicios digitales.
En ese contexto, la gestión y la regulación del espectro radioeléctrico (1), recurso esencial de las tecnologías de la información y las comunicaciones (2), necesario para el despliegue de redes inalámbricas, recuperarán su protagonismo. Será deseable entonces la articulación de una agenda amplia, ambiciosa, que permita incorporar las diversas portunidades que nos brinda el avance tecnológico y los múltiples proyectos de redes y servicios.

Dicha agenda debería integrar el aporte de los más heterogéneos actores del ecosistema digital. Operadores de redes, operadores móviles, prestadores del servicio de acceso a internet, pymes y cooperativas, emprendedores, plataformas de internet, proveedores de servicios cloud y grandes tecnológicas deben ser parte de las oportunidades que brinda el espectro radioeléctrico para el desarrollo de las redes inalámbricas, y también del esfuerzo para lograr que todos los habitantes de nuestro país puedan tener acceso a internet y servicios digitales de calidad.

Sin dudas, las redes inalámbricas de quinta generación —denominadas 5G (3)— seguirán siendo el centro de atención en la agenda de gestión y regulación del espectro adioeléctrico.
Con perspectivas más claras luego de la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones
2019 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (4), podrá avanzarse en la atribución de bandas de frecuencias (5). Hay que continuar trabajando en la definición de nuevos modelos de asignación de frecuencias (6) y acceso al espectro para las diferentes bandas de frecuencias que componen el universo 5G, y en la definición de propuestas de valor para los consumidores y modelos de negocios para los distintos actores del mercado que viabilicen los niveles de inversión que deben afrontarse.

La elaboración de un plan u hoja de ruta para la gestión del espectro necesario para las redes 5G, en el marco de un proceso de consulta pública con la participación del conjunto de actores del ecosistema digital (7), contribuiría a generar previsibilidad y certeza a los distintos actores y aportaría la oportunidad de construir consensos y legitimidad para las herramientas regulatorias que deberán aprobarse.

En otro orden, podrá concluirse el proceso de despliegue de redes y servicios 4G (8) iniciado en el año 2014 (9) con la resolución de algunos aspectos pendientes para posibilitar el cumplimiento del cronograma de despliegue establecido en el concurso y la asignación de las frecuencias que aún se encuentran vacantes.

La agenda de gestión y regulación del espectro debe atender al desafío de facilitar el acceso a los servicios móviles a los distintos prestadores que conforman nuestro heterogéneo mercado de redes, servicios y prestadores, con soluciones y herramientas flexibles que no se limitan y exceden la asignación de frecuencias.
Por otra parte, es necesario facilitar el despliegue (10) de los servicios móviles y de las redes 5G, priorizando el uso eficiente del espectro y teniendo como principal objetivo el acceso de los consumidores a los servicios. Son necesarios acuerdos y normas de compartición de infraestructura de redes (11), tanto pasiva como activa (12), modalidades de asignación compartida de frecuencias y un mercado secundario de frecuencias radioeléctricas que permita alternativas ágiles y diversas entre operadores móviles y con otros prestadores en torno a la prestación de los servicios y el acceso a ellos.
Asimismo, es momento de avanzar decididamente en nuevas modalidades de acceso y
uso del espectro. Uso compartido y asignación dinámica de frecuencias, uso compartido jerárquico, refarming de espectro y normas de intercambio o permuta de frecuencias entre
distintos titulares y prestadores son algunas de ellas. La Argentina avanzó, incipientemente, con las reglamentaciones de refarming de espectro (13) y de uso compartido y sin autorización de frecuencias (14), pero resta mucho por hacer. Las nuevas modalidades de acceso al espectro pueden ser un instrumento importante para dar respuesta al conjunto de los actores del ecosistema digital y llevar conectividad a sectores aún desatendidos (15). Las recientes experiencias regionales e internacionales serán sin duda una referencia, en particular con relación a soluciones de conectividad inalámbrica
para áreas rurales y de baja densidad poblacional.
Por último, la agenda de gestión y regulación del espectro radioeléctrico debe facilitar la innovación e impulsar proactivamente la adopción de tecnologías y sistemas. Nuevamente, las decisiones de la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones 2019 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones pueden servir de guía para orientar estas acciones. Constelaciones de satélites de órbita baja, estaciones en plataformas estratosféricas (HAPS) (16), uso de estaciones terrenas en movimiento (ESIM) para dinamizar el acceso a internet satelital en la Banda Ka son todas tecnologías de acceso
a internet promovidas por actores consolidados y diversos —de la industria aeroespacial, operadores satelitales, plataformas de internet, proveedores de servicios cloud y tecnológicas que tienen como denominador común el acceso al espectro y requieren de condiciones regulatorias que impulsen y faciliten su adopción.
En definitiva, superada la emergencia, será momento de delinear una agenda de gestión y
regulación del espectro radioeléctrico que contemple un amplio abanico de acciones, para
diseñar herramientas regulatorias que promuevan el uso eficiente del espectro y el acceso
de los consumidores a las redes e internet y faciliten la innovación y la adopción de nuevas tecnologías y servicios, involucrando a la totalidad de los actores del ecosistema digital en el objetivo de brindar conectividad y servicios digitales de calidad a todos los habitantes, en tanto herramientas imprescindibles para la inclusión digital.